Confesiones de un Jefe Incomprendido



Querido diario digital (y posibles lectores que accidentalmente tropiecen con este blog):

Otro día, otra aventura en el fascinante mundo de ser el jefe de la banda de ineptos más talentosa de la ciudad (¿del país?). Sí, has leído bien. Talentosa. Lo que pasa es que nadie más que yo puede ver su potencial. Somos incomprendidos, y casi merecemos una película, sin Óscar.

08:00 AM – Intenté convocar una reunión matutina para planificar nuestro próximo golpe. Sr A llegó tres horas tarde porque “se quedó atrapado en un atasco con la moto y en el ascensor”. Trabajamos en una planta baja.

11:30 AM – Finalmente comenzamos la reunión. Propuse robar el banco local. Lola sugirió que mejor robásemos una pastelería porque “tienen mejores postres”. A veces me pregunto si entienden el concepto de “crimen organizado”.

13:00 PM – Almuerzo. Juanito trajo sándwiches para todos. Desafortunadamente, olvidó que Ramón es alérgico al pan. Y al queso. Y a la lechuga. Básicamente, a todo lo que había en los sándwiches. Yo me fui a por ramen. Adjunto foto.

15:00 PM – Sesión de entrenamiento. Intentamos practicar el sigilo. Miguel tropezó con sus propios cordones y derribó una estantería. La buena noticia es que ahora sabemos cómo suena exactamente una alarma antirrobo.

17:00 PM – Planeamiento del gran golpe. Decidimos que robaríamos el banco local después de todo. Lola preguntó si podíamos pasar por la pastelería de camino. A veces me pregunto si ella entiende que no estamos planeando un picnic.

19:00 PM – Sesión de disfraces. Carlos se disfrazó tan bien que no lo reconocimos y lo echamos del escondite. Nos llevó dos horas darnos cuenta de que el “intruso sospechoso” era en realidad parte de nuestro equipo.

21:00 PM – Fin de la jornada. Envié a todos a casa con la tarea de pensar en un nombre cool para nuestra banda. Espero que mañana no aparezcan todos sugiriendo “Los Pasteles Enmascarados” o algo así.

En fin, otro día en la vida de un jefe de banda incomprendido. Sé que algún día seremos los criminales más temidos de la ciudad. O al menos, los más recordados por nuestras payasadas. Hasta mañana, diario mío.

Manolito “El Cerebro” (porque alguien tiene que serlo en este grupo)

A las 7:30 sonó la alarma de mi querida esposa. Sí, había tenido un dulce y humoroso sueño. Lo peor es que el baño de realidad iba a superar todo lo que creía haber vivido.


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